Hoy hablaremos de un problema muy común y preocupante para muchos hombres: la eyaculación precoz.
Muchas parejas no están satisfechas con la duración del acto sexual, pero esto no siempre significa la presencia de un trastorno sexual. Existen situaciones en las que la eyaculación ocurre regularmente antes de que se produzca la intimidad o inmediatamente después de su inicio. En este contexto surgen dificultades en las relaciones: inseguridad del hombre, miedo a la finalización rápida del acto sexual y, en ocasiones, todo ello conduce a que el hombre evite las relaciones íntimas con el sexo opuesto. Estos casos, sin duda, requieren la ayuda de especialistas.
Las causas de la eyaculación acelerada pueden ser de origen psicógeno, así como de carácter orgánico. En tales casos, en la base de la eyaculación rápida se encuentran enfermedades de los órganos sexuales, del sistema endocrino y del sistema nervioso.
La eyaculación precoz puede ser:
- primaria, cuando aparece desde el inicio de la vida sexual y se observa en todos los contactos sexuales;
- secundaria, cuando la vida sexual del hombre en el pasado era completamente normal, pero con el tiempo apareció la eyaculación acelerada en el contexto de enfermedades como la disfunción eréctil, la prostatitis crónica y otras.
Hasta hace poco no existían medicamentos para el tratamiento de la eyaculación precoz, y los especialistas se limitaban a recomendar terapia conductual. En la actualidad se producen fármacos capaces de aumentar la duración del acto sexual. Estos pertenecen al grupo de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.
Para entender su mecanismo de acción, es necesario decir algunas palabras sobre la fisiología de la eyaculación. Se puede explicar así: en cuanto el impulso del cerebro llega a los tejidos de los órganos sexuales, se produce el orgasmo y la eyaculación. En la transmisión de este impulso participa el neurotransmisor serotonina. Las células del sistema nervioso lo utilizan como mediador de la información entre ellas. Sin embargo, el rápido consumo y el déficit de serotonina favorecen la aceleración de los impulsos, lo que provoca que el reflejo eyaculatorio se produzca de manera precipitada.
Los fármacos del grupo de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina ralentizan el proceso de consumo de serotonina, y el aumento de su concentración conduce a la inhibición de los impulsos que van desde el cerebro hacia los centros de eyaculación de la médula espinal. De este modo, se prolonga el tiempo de aparición de la eyaculación, al igual que la duración del acto sexual.
El medicamento oficialmente aprobado para el tratamiento es el dapoxetina. En la actualidad se ha demostrado la alta eficacia y seguridad de la dapoxetina en la terapia de todas las formas de eyaculación precoz. Está aprobado para su uso en la práctica clínica en 50 países del mundo.
Tiene una acción corta y una baja frecuencia de efectos secundarios. La acción corta del fármaco es una clara ventaja, ya que se absorbe rápidamente y se elimina del organismo sin acumularse en las estructuras nerviosas.
La dapoxetina se administra de 1 a 3 horas antes del contacto sexual. De este modo, el acto sexual puede prolongarse dos o tres veces. Las dosis recomendadas son de 30 y 60 miligramos. El tratamiento se inicia con 30 mg, y si es necesario la dosis puede duplicarse. Generalmente la dapoxetina se utiliza a demanda, es decir, antes del acto sexual. Sin embargo, para los hombres que llevan una vida sexual intensa, se permite la administración diaria.
Además, el fármaco es bien tolerado por los hombres que padecen eyaculación precoz en combinación con disfunción eréctil. En tales situaciones se puede combinar con sildenafil o tadalafil.
Como cualquier medicamento, la dapoxetina debe ser prescrita por un médico, ya que siempre es necesario tener en cuenta las contraindicaciones para su uso.