El deseo sexual, que el Dr. Freud llamó «libido» y se convirtió en el centro de la teoría del psicoanálisis, sigue siendo uno de los misterios clave del cuerpo humano. Y no es sólo una cuestión de deseo físico, sino de la profunda necesidad emocional humana de cercanía y amor.
Como sabemos, el amor hace que nuestro cuerpo produzca un complejo cóctel hormonal, y la composición de este cóctel, a su vez, afecta al estado de ánimo, las aspiraciones y el comportamiento. Sin embargo, para que el cóctel del amor «repose en tierra fértil» y haga que un hombre no sólo escriba poesía, sino que se esfuerce por la dama de su corazón con toda su naturaleza, se necesita un nivel óptimo de testosterona, la principal hormona sexual masculina.
La testosterona en el cuerpo de un hombre se produce «por defecto» (es decir, incluso antes de conocer a su amada). El nivel de producción de esta hormona en una persona en particular está predeterminado en gran medida genéticamente, pero los factores externos pueden afectar a las dosis (reducir o aumentar la actividad de las glándulas). ¿Qué determina el éxito de las células de Leydig (el 95% de la testosterona es producida por ellas)? Vamos a entenderlo.
Factores que afectan a la producción de testosterona:
- Los niveles de estrés. La producción de testosterona es señalada a las glándulas desde el cerebro, lo que significa que el entorno tiene un impacto directo en el proceso. La fatiga, la sobrecarga, el estrés relacionado con dificultades financieras y otros fracasos, reducen notablemente la producción de la hormona. Y su resolución satisfactoria, por el contrario, – da al cuerpo una señal «¡Soy un líder!» y ajusta el proceso.
- La edad del hombre y su condición física. El nivel de testosterona, como muchas otras hormonas, disminuye con la edad. Por desgracia, no podemos detener el envejecimiento, pero está en nuestra mano mantener un estilo de vida saludable. Alimentación completa, actividad física, paseos al aire libre, evitar el alcohol y el tabaco: los secretos de la longevidad son sencillos.
- Lesiones y enfermedades víricas y bacterianas. Las infecciones víricas y bacterianas arrastradas, así como diversos tipos de lesiones, debilitan, agotan el organismo, pueden conducir al síndrome asténico. El cuerpo dirige todas sus fuerzas a curarse y ya no está para «victorias en torneos de justas». Se necesita una larga recuperación, antes de que el cuerpo masculino vuelva a sus antiguas proezas. Y en esto, por supuesto, también puede ayudar, por ejemplo, la ingesta adicional de vitaminas y oligoelementos.
Otros factores que pueden influir negativamente en la producción de testosterona son la depresión clínica, los trastornos del sueño, la anemia, el cáncer, el hipotiroidismo, la diabetes y los efectos secundarios de determinados fármacos (por ejemplo, antidepresivos o tranquilizantes).
Cómo aumentar los niveles de testosterona y recuperar la potencia perdida
Ya hemos dado recomendaciones estándar sobre una dieta sana, el sueño, la evitación de malos hábitos y el deporte. Pero hay algunas acciones específicas que pueden acercarle al éxito.
- Caminar largas distancias. Intente dar un paseo enérgico al aire libre durante al menos 40-60 minutos cada día. Esta sencilla actividad cardiovascular ayuda a establecer muchos procesos en el organismo y no requiere un tiempo especial ni costes económicos. Como alternativa, son adecuados los viajes largos en bicicleta y, en invierno, el esquí.
- Actividad sexual regular. Para estar en forma en el sentido sexual, también hay que mantener esta forma. Si el cuerpo no utiliza alguna función durante mucho tiempo, entra en un estado «latente». Y en este caso no se trata tanto del acto sexual en sí, sino de la manifestación de la libido en toda su diversidad: coqueteo, fantasías, caricias, atención a la pareja.
- Consumo de productos que aumentan la testosterona. Tales productos incluyen alimentos de origen animal ricos en proteínas (carne y marisco), alimentos de origen vegetal ricos en aminoácidos y minerales (nueces, almendras, maca peruana, semillas de fenogreco), así como algunas especias y condimentos (clavo, cardamomo, canela). De los alimentos enumerados, quizá todos menos la maca peruana y el fenogreco se pueden encontrar fácilmente en las estanterías de las tiendas de comestibles.